¿Qué sucede cuándo mi bebé comienza la alimentación complementaria?

Cuándo tu bebé comienza con los alimentos sólidos, es susceptible de presentar  deficiencia de energía y de algunos nutrientes como  proteínas, vitamina A, vitamina D y hierro.1,2 Esto se debe en parte a la disminución en el consumo de la leche materna al iniciar la introducción de alimentos sólidos, por lo que la ingesta de nutrientes  de tu pequeño debe ser complementada por medio de los alimentos.1,2 Si tu bebé no recibe los alimentos complementarios adecuados o los consume en pocas cantidades, es probable que no reciba las vitaminas, minerales y/o nutrientes suficientes1 pudiendo ocasionar deficiencias las cuales se relacionan con un  impacto negativo a largo plazo en crecimiento, salud y desarrollo2 .

 

¿Cómo me aseguro de que mi bebé reciba los nutrientes correctos?

Tu bebé recibirá la mayoría de las vitaminas y minerales de la leche materna durante sus primeros seis meses de vida.1 Sin embargo, si tu bebé no recibe una adecuada luz solar o un suplemento de vitamina D se encuentra en riesgo de presentar deficiencia de este nutriente.3 

 

¿Cuánta vitamina D es suficiente?

Para evitar la deficiencia de vitamina D, la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda suplementar con 400 Unidades Internacionales (UI) de este nutriente así como recibir una adecuada exposición a la luz solar.4 

Hay muchas maneras de dar a tu bebé vitamina D, por ejemplo en gotitas o con algunos suplementos vitamínicos, sin embargo tu pediatra es la persona indicada en prescribirte un suplemento en la dosis adecuada para tu bebé, el cual deberá tomar todos los días desde sus primeros días de vida y continuar durante la el tiempo que sea requerido3,4.

 

¿Necesita mi bebé suplementos de hierro?

La falta de hierro es la deficiencia de micronutrientes más común en el mundo, que afecta tanto a las mujeres embarazadas como a niños pequeños5. El hierro apoya el desarrollo y funcionamiento de los órganos, incluyendo el funcionamiento del sistema inmune y el desarrollo cerebral por lo que una deficiencia de hierro puede tener un impacto importante en la salud, así que es indispensable que te asegures que tu bebé recibe el hierro suficiente5.  Para bebés entre 7 y 12 meses de edad, se recomienda una ingesta diaria de 11mg de hierro, mientras que para niños entre 1 y 3 años de edad, se recomienda una ingesta diaria de 7 mg de hierro.6

Para asegurar la ingesta óptima de hierro al comenzar la alimentación complementaria, ofrece una dieta rica en este nutriente a tu bebé.1 Algunos alimentos ricos en hierro son: los vegetales de hoja verde, las legumbres, el pescado, la carne roja entre otros6. Puedes introducir cada 2 a 3 días alguno de estos alimentos en la alimentación de tu bebé de acuerdo a la recomendación de tu pediatra y ofrecer los que ya haya probado, aceptado y tolerado previamente en cada tiempo de comida.7

 

¿Cómo saber si mi bebé tiene deficiencia en hierro?

Los signos de deficiencia en hierro van desde la fatiga hasta la palidez, sin embargo, tu pediatra es la persona indicada para saber si tu bebé presenta deficiencia de hierro. Si te preocupa que tu bebé no reciba suficiente hierro, consúltalo y podrá aconsejarte si necesita algún suplemento.6

Recuerda que la leche de vaca no contiene algunos nutrientes (como, por ejemplo, hierro) en cantidades suficientes para tu bebé y no se recomienda su introducción en menores de un año de edad.8

 

Me preocupa que mi bebé pueda estar bajo de peso. ¿Qué puedo hacer?

A muchos padres les preocupa que sus bebés no estén incrementando de peso adecuadamente. Una de las maneras de apoyar el desarrollo, crecimiento y aumento de peso óptimos en la etapa de introducción de alimentos sólidos es ofrecer alimentos ricos en energía, proteínas, vitaminas y minerales desde los seis meses de edad y continuar ofreciendo leche materna1.

Es importante también que cada mes tu pediatra evalúe el incremento de peso y talla de tu pequeño; pues de acuerdo con esto te brindará la orientación necesaria o te prescribirá un suplemento adecuado en caso de ser necesario.

 

Referencias bibliográficas:

(1) Fewtrell, M et al. Complementary Feeding:  A Position Paper by the European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology, and Nutrition (ESPGHAN) Committee on Nutrition.  J Pediatr Gastroenterol Nutr 2017 Jan;64(1):119-132

(2) World Health Organization (WHO). Infant and Young Child Feeding: Model Chapter for Textbooks for Medical Students and Allied Health Professionals 2009. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/44117/9789241597494_eng.pdf;jsessionid=2EC9E34CDCCFB044239EE5E7E2E602F3?sequence=1 [acceso 22 de mayo de 2020]

(3) Balasubramanian S. Vitamin D deficiency in breastfed infants & the need for routine vitamin D supplementation. Indian J Med Res. 2011;133(3):250‐252.

(4) Wagner et al., Prevention of rickets and Vitamin D deficiency in infants, children and adolescents. Pediatrics. 2008 Nov;122(5):1142-52

(5) Georgieff MK, et al. The Benefits and Risks of Iron Supplementation in Pregnancy and Childhood. Annu Rev Nutr. 2019;39:121‐146. doi:10.1146/annurev-nutr-082018-12421

(6) Canadian Paediatric Society- Iron needs of babies and children. Paediatr Child Health. 2007;12(4):333‐336. doi:10.1093/pch/12.4.333

(7) Romero-Velarde et al. Consenso para las prácticas de alimentación complementaria en lactantes sanos. Bol Med Hosp Infant Mex. 2016;73(5):338-356

(8)Agostoni C. et al. Is cow's milk harmful to a child's health?. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2011;53(6):594‐600. doi:10.1097/MPG.0b013e318235b23e