Existen dos ácidos muy importantes para el adecuado desarrollo, función y protección del sistema nervioso de los lactantes, estos son ácido araquidónico y el ácido docosahexaenoico (DHA); siendo el DHA el más relevante. Los recién nacidos pueden formar por sí mismos DHA, pero no en cantidades suficientemente elevadas como para asegurar el óptimo desarrollo neuronal.
Por tal razón, desde hace casi 10 años, muchas fórmulas para lactantes se han suplementado con estos dos ácidos. Esta estrategia ha demostrado, a través de diversas pruebas especializadas, efectos benéficos en el desarrollo visual y en la calidad de atención de los bebés que reciben este tipo de alimentación con suplemento.
Un estudio muy importante llevado a cabo en dos ciudades de Estados Unidos en el 2010, evaluó la maduración de la agudeza visual y el desarrollo de la atención en los lactantes a los que se les daba fórmula con DHA y ácido araquidónico, contra aquellos lactantes que recibían fórmula sin suplemento.
Este trabajo también tuvo la particularidad de dividir a los lactantes en 3 grupos, aparte del grupo de recién nacidos a los que se les daba fórmula sin suplemento (grupo control; para un total de 4 grupos). Estos 3 grupos se caracterizaron por recibir, cada uno de ellos, diferentes cantidades de DHA en la fórmula, esto con el fin de determinar si tenía algún efecto superior la mayor cantidad de ácido en la fórmula con base en la maduración de la agudeza visual y/o desarrollo de la atención.
El estudio demostró, después de trabajar con poco más de 340 niños, que las fórmulas que están suplementadas con DHA al 0.32% (porcentaje más bajo de preparación), favorecen en la agudeza visual de los lactantes. Sin embargo, no hay mayor beneficio con las fórmulas preparadas con porcentajes más altos de DHA.
Conclusiones: Las fórmulas infantiles suplementadas con DHA del 0.32% al 0.64%, mejoran claramente el desarrollo del sistema nervioso del lactante entre los 4 y 9 meses de edad, principalmente en la agudeza visual y la atención sostenida. Así pues, se demuestra que la administración de estos ácidos grasos de cadena larga (DHA y ácido araquidónico) tienen un efecto positivo sobre el desarrollo cognitivo.
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