¿Es posible que tu dieta afecte la alimentación de tu bebé?

Sí, es posible que ciertas cosas puedan afectarlo. ¿Un ejemplo? La cafeína. Es recomendable que las mamás no consuman cafeína mientras amamantan. Si no pueden evitarlo, se sugiere que limiten su consumo -aproximadamente una taza de café al día- y que esperen un rato antes de darle pecho. Si tu bebé se pone irritable, tiene reflujo o experimenta cambios en sus evacuaciones, será necesario dejar el café por completo. Las bebidas alcohólicas también deben evitarse.

Si decides tomar una copa de vino en forma ocasional, hay que esperar varias horas antes de darle el pecho nuevamente. Es preferible hacerlo una vez que la lactancia se haya establecido definitivamente y que el bebé tenga un par de meses de edad.

Si el bebé parece tener problemas digestivos, como diarrea, gases o reflujo, es aconsejable analizar la alimentación de mamá y procurar no consumir demasiadas verduras de hoja verde y platillos picantes. La leche también podría causar dificultades. La mejor forma de saber si están afectando a tu bebé es eliminarlas de la dieta y ver si reacciona de forma distinta.

En caso que tu bebé se alimente con fórmula infantil -o la utilices como complemento-, será necesario cambiarla por alguna que reduzca el reflujo, los gases y el llanto. Pregúntale al pediatra acerca de los síntomas de tu bebé y las opciones de fórmula infantil que puedan aliviarlo y le brinden nutrición completa.