Náuseas, vómitos e hiperemesis gravídica
La elevación rápida de los niveles en sangre de gonadotropina coriónica humana (HCG: human chorionic gonadotropin) pueden ser responsables de la llamada “indisposición matutina”, la cual incluye náuseas o vómitos en el primer trimestre que pueden reducir de manera importante el apetito de la mujer.
El tratamiento para las náuseas y vómitos, por lo general involucra no consumir alimentos que provoquen el malestar y comer refrigerios frecuentes en cantidades pequeñas. La hiperemesis gravídica es persistente, las náuseas y vómitos extremos pueden tener como resultado deshidratación y aumento deficiente de peso.
Enfermedad hipertensiva
Cerca del 10% de mujeres embarazadas alrededor del mundo desarrollan trastornos hipertensivos de embarazo. Estos, incluyen Preeclampsia, Eclampsia, Hipertensión gestacional e Hipertensión crónica. La Preeclampsia, se caracteriza por Hipertensión y Proteinuria, es una causa primaria de mortalidad materna y perinatal a nivel mundial.
Además de la Hipertensión gestacional, los factores de riesgo para la preeclampsia incluyen estar embarazada de más de un bebé, obesidad materna, antecedentes de preeclampsia y diabetes preexistente. Un aumento de BMI antes del embarazo, entre embarazos, supone un riesgo de preeclampsia en el segundo embarazo para las mujeres que no tienen antecedentes de dicha afección.
Es fundamental tratar la enfermedad hipertensiva durante el embarazo para reducir la mortalidad de los bebés y la morbilidad y mortalidad materna. En el 2011, la Organización Mundial de la Salud publicó 23 recomendaciones para la prevención y el tratamiento de la preeclampsia y la eclampsia, en éstas sugieren la aportación suplementaria de calcio, para las mujeres embarazadas que residen en áreas en las que la ingesta de calcio en la dieta es baja, por ejemplo. Sin embargo, la aportación suplementaria de calcio no mejora los resultados relacionados con la Preeclampsia y con los trastornos hipertensivos asociados al embarazo en las poblaciones con ingesta adecuada de calcio.
Un grupo de expertos concordó en que evitar la ingesta excesiva de sal en la dieta es una práctica dietética sana. Además, no se recomienda la aportación suplementaria de vitamina D, vitaminas antioxidantes C y E, de forma individual o en combinación, para prevenir la preeclampsia y sus complicaciones, ya que los datos de investigación disponibles en ese momento no apoyaron la idea de un efecto benéfico.
Las pautas de la WHO (Organización Mundial de la Salud; por sus siglas en inglés) recomiendan la aportación suplementaria de calcio, para las mujeres embarazadas que residen en áreas en las que la ingesta de calcio en la dieta es baja. La recomendación establece, “En áreas en las que la ingesta de calcio en la dieta es baja, se recomienda la aportación suplementaria de calcio durante el embarazo para la prevención de la preeclampsia en todas las mujeres, pero en especial en aquellas que se encuentran en alto riesgo de desarrollar preeclampsia”.
Sin embargo, la aportación suplementaria de calcio no mejora los resultados relacionados con la preeclampsia y con los trastornos hipertensivos asociados al embarazo en las poblaciones con ingesta adecuada de calcio.
Un grupo de expertos concordó en que evitar la ingesta excesiva de sal en la dieta es una práctica dietética sana. Además, no se recomienda la aportación suplementaria de vitamina D, vitaminas antioxidantes C y E, de forma individual o en combinación, para prevenir la preeclampsia y sus complicaciones, ya que los datos de investigación disponibles en ese momento no apoyaron la idea de un efecto benéfico.